PAU GASOL SE CENTRA EN ESTE ÚLTIMO EN una columna de un diario. Te lo dejo para que reflexiones.
Me quiero centrar en este último derecho, poniendo el foco en cómo una alimentación saludable contribuye al crecimiento óptimo de los más pequeños
La malnutrición afecta tanto a los niños que no pueden acceder a comida diaria como a los que tienen acceso a ella pero que, por diferentes razones, abusan de los azúcares y de productos procesados; ellos también están malnutridos y en ambos casos los riesgos para la salud son muchos.
La sociedad no percibe la obesidad como una enfermedad a tratar, a pesar de ser la patología nutricional más habitual entre los menores de países occidentales
Es un problema global de salud de nuestro siglo. Los niños con sobrepeso tienen muchas posibilidades de convertirse en adultos obesos y de sufrir a edades tempranas diabetes y enfermedades cardiovasculares asociadas con un aumento de la probabilidad de muerte prematura y discapacidad. De la misma forma, muchos estudios señalan que estos niños u obesidad suelen tener baja autoestima y son con frecuencia víctimas de estigmatización social, de rechazo por el entorno más próximo, de humillaciones, de aislamiento.
La gravedad del diagnóstico de la obesidad en la sociedad me llevó a poner en marcha la Gasol Foundation para promover y transmitir estilos de vida saludable entre los más jóvenes a través de la actividad física y de una alimentación más equilibrada y sana, elementos clave para luchar contra el sedentarismo y combatir los crecientes índices de obesidad infantil. Mediante talleres nutricionales, sesiones de actividad física y la implicación de los familiares y educadores, nuestros programas promueven que los niños adquieran los conocimientos, las actitudes y los hábitos básicos para su pleno desarrollo.
Debemos impulsar la actividad física de una manera segura, siendo prioritario que el sistema educativo se tome muy en serio esta disciplina dentro del horario escolar. Debemos incluir clases sobre nutrición en el plan de estudios básico de las escuelas. Y también invertir y trabajar para que los niños se desenvuelvan en entornos escolares saludables. Asegurarnos de que los más vulnerables y desfavorecidos tengan acceso a alimentos sanos y conseguir un impuesto eficaz sobre las bebidas azucaradas.
Tenemos la responsabilidad moral de trabajar juntos por un objetivo común: lograr que el pleno desarrollo de los niños, incluyendo una alimentación saludable, deje de ser ese derecho olvidado.
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